50 sombras de Grey –E. L. James-

¿Por qué 50 sombras?

Sí, hoy os voy a hablar de las famosas 50 sombras de Grey. Desde hace un tiempo el mundo se divide en dos: los que han leído la trilogía y los que no. 
Y más ahora que ya se ha estrenado la película la cual, a pesar de haber tenido críticas pésimas, ha sido una de las pocas producciones que agotó sus entradas antes del estreno. Ahora, la división entre los que sí y los que no, se divide aún más: los que han visto la película y los que no, y de entre los primeros, los que creen que es buena y los que la califican de pésima y aburrida

Yo, lamentablemente, me incluyo en el primer grupo de esa división mundial de lectores; y digo lamentablemente porque, a pesar de haberme leído los tres librazos, al finalizar me sentí “decepcionada” e incluso un poco cabreada.
El primer libro lo leí en un plis plas, rápido, con ganas de saber qué pasaría. Las escenas de sexo estaban bien distribuidas a lo largo de las páginas y la “historieta de amor” encubierta entre tanto sexo tenía un punto de adicción juvenil propio de los best sellers que, reconozco, me enganchó a la lectura.
Sin embargo, ya en el segundo tomo de la trilogía, mi aburrimiento fue en aumento: el sexo continuo y el desenlace previsible del romance entre el señor Grey y Anastacia hicieron que las 800 páginas se me fueran atragantando. Y ya, el colmo, el tercer libro –según mi opinión totalmente innecesario- fue el no va más del tedio. La gracia de leer escenas eróticas había quedado ya atrás. Que por qué me leí los tres tomos si no me gustaba, os preguntaréis… Pues, porque como filóloga tengo prohibido dejar un libro a medias: para poder opinar de algo tienes que haberlo probado con lo que no puedo juzgar una novela (por poco que me esté gustando) sin no he llegado a la última página del texto.

No entiendo por qué tanta gente, y sobre todo las mujeres, consideran esta novela como algo extraordinario y maravilloso. Si lo analizamos un poquito con la cabeza –y no con otras partes del cuerpo- vemos que el trasfondo de la historia no deja de ser un romance propio de novelas para adolescentes, tipo Romeo y Julieta a lo moderno: chica guapa de clase media se enamora de chico guapo y rico con pasado oscuro que impedirá la fácil  relación amorosa; sin embargo y, obviamente, todo acabará solucionándose y presenciaremos un final feliz (con boda, embarazo, etc.).

Mi desagrado hacia la novela nace del hecho de que creo que no tiene nada de realista que los protagonistas tengan una media de 8 orgasmos diarios ni que –sobre todo ella- esté 24 horas del día dispuesta a llevar a cabo los jueguecitos de su “amo”. Tal y como he dicho antes, es un muy buen gancho el relato erótico y tratar la vertiente sado añade un punto extra a esta línea, pero considero que a la autora se le fue de la mano y abusó en exceso de este tema. Con un solo tomo podría haber tratado todo el relato amoroso e incluir, a la vez, la descripción de los juegos eróticos.
Así, me parece que las 50 sombras -esto es, el pasado oscuro del protagonista a causa de la mala vida que le dio su madre y los traumas que ello le comportó-, quedan en un segundo plano, aplastadas por la cantidad abrumadora de escenas, descripciones y detalles eróticos que no aportan nada trascendente a la trama principal de la novela. ¿Por qué serán 50 sombras, y no 60, por ejemplo?

Además, me indignó un poco el hecho de que la protagonista sea tan sumisa al chico, y no me refiero a los temas de sado, sino a los actos de la vida cotidiana. Ella hace todo en función de qué dirá o qué hará su señor Grey, sin poner nada en duda y sin hacerse valer como persona. En fin, que me parece que los sectores más feministas que toman este libro como bandera por tratar la sexualidad de forma tan abierta deberían pararse a pensar un poco en el hilo conductor de la novela y no dejarse llevar por el calentón que les provoca leer tanta escena “hot”.

Lo que sí me gustó fue el epílogo en el que se añade la visión masculina de la historia, pues le da un buen giro al texto y te permite ver “el otro lado” de la historia. Lástima que sea tan cortito.

Grijalbo

Con todo, mi valoración sobre esta novela sería, en global, negativa a pesar de que, obviamente, ha sido un éxito de ventas mundial y por supuesto tiene cosas muy buenas. Por eso, si queréis relajaros un poco, olvidaros de los problemas mundanos y poneros un poquito “a tono” os recomiendo su lectura, aunque no hace falta que leáis los tres libros, creo que con un ya tendréis suficiente.
Si más no, aunque no la considere una "buena novela" hay que reconocer que ha generado una infinidad de libros de este estilo (tal y como ocurrió con el Código da Vinci) y que todos hemos oído hablar de ella (ya sea en formato literario o como superproducción cinematográfica) con lo que, tal y como afirman algunos, lo importante es que hablen de ti, independientemente de que sea bien o mal.
50 sombras de Grey ha dado, y dará, mucho de qué hablar, seguro.



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